Una aproximación al Superhombre de F. Nietzsche.

Dentro del planteo de Nietzsche se encuentra esta idea de un hombre superado, un hombre distinto del actual. Este nuevo hombre es el que se hace cargo plenamente del nihilismo, de la muerte de Dios y de todas las demás fábulas o mitos que, según el autor, han dominado la vida del hombre, para superarlo. No hay límites para este hombre, no hay nada imposible porque Dios ha muerto. El superhombre es aquel que se ha sobrepuesto a Dios y a su muerte, se encuentra abierto a la muerte de Dios,  a la voluntad de poder y al eterno retorno. [Cf. FINK, E., La filosofía de Nietzsche, Alianza, Madrid, 1976.]  Mas este superhombre no es un individuo particular ni un grupo selecto de hombres sino que es un estado de toda la humanidad que esta por advenir. Dice Colomer:
“El superhombre no pondrá su sentido en una lejana estrella, como hacen los transmundanos, sino que será fiel a la tierra, será capaz de decir sí a la vida, no despreciará al cuerpo, sino que cultivará la inocencia de los sentidos, será lo suficientemente grande para no avergonzarse de ello, no amará al prójimo, sino al amigo, será, en definitiva, un hombre libre, capaz de darse a sí mismo el bien y el mal y de imponer sobre sí mismo como ley su propia voluntad”. [COLOMER, E. El pensamiento alemán de Kant a Heidegger, Herder, Barcelona, p. 312.]

Este nuevo hombre del que nos habla este filósofo, ya no depositará sus esperanzas, el sentido último de su vida, en ideales, en mitos y fábulas, sino que se librará de ellas. Colomer habla de la lejana estrella queriendo significar justamente esto, el hombre está alienado, esclavizado por esos ideales tan lejanos, transmundanos. El superhombre será el que tenga los pies sobre la tierra, que afirme la vida, idea central en el pensamiento de Nietzsche. La voluntad de poder ha creado mitos para generar o mantener de alguna manera un cierto dominio sobre los hombres. El superhombre será capaz de romper con ...
...estas cadenas que atentan contra la vida, contra estas barreras morales que impiden el feliz desarrollo de la vida. Dice el mismo Nietzsche en El ocaso de los ídolos: “El mundo verdadero es una idea que ya no sirve para nada, que ya ni siquiera obliga, una idea que se ha vuelto inútil y superflua; en consecuencia es una idea que ha sido refutada: eliminémosla”. [NIETZSCHE. F. El ocaso de los ídolos, De los cuatro vientos, Bs. As. 2003, p. 35.] Para el superhombre no hay más verdad que la suya propia, no hay más mundo que el suyo, no hay más moral que la que él elija ya que lo bueno será lo que para él sea bueno y lo malo lo que para él sea malo. Deberá obrar de tal manera que su actuar se pueda llevar a cabo eternamente. Y esto porque el criterio es la vida, y la vida desea permanecer en la vida. En esto consiste la autoafirmación de la propia vida, en realizar todo aquello que le permita al hombre mantenerse en la vida. Ahora bien, toda la historia da muestra de que la vida fue recortada, fue reprimida y limitada, de esta manera surge el superhombre como aquel que ha superado todo esto, aquel que cultiva los sentidos y es dueño de su propio cuerpo sin sentir vergüenza por ello. En última instancia este hombre nuevo será libre, porque su ley será el mismo.

En Así habló Zarathustra, Nietzsche nos habla acerca de las tres transformaciones como una suerte de proceso por el cual el hombre va pasando para alcanzar ese estado que es el del superhombre. Son tres las transformaciones que debe sufrir el hombre. La del camello, la del león y finalmente la del niño. El estado del camello consiste en la de la reverencia ante la idea de Dios y de su ley. Es el que se inclina para que lo llenen de carga pesada sobre su lomo. Su espíritu quiere tareas grandes y pesadas que le permitan demostrar sus fuerzas. De esta manera el camello se interna en el desierto, cargado, y es así que el espíritu torna en león. El estado del león consiste en aquel que desea conquistar su libertad, por lo que se deshace de sus cargas, de Dios y de su ley y comienza a andar con su propia ley. El león sustituye el mandato de Dios “tú debes” por el de “yo quiero”. Ahora bien, esta libertad conquistada está marcada por la ausencia total de valores. Para esto es necesaria una tercera transformación, la del niño. Dice Nietzsche que el niño es un santo decir sí, [Cf. NIETZSCHE, F., Así habló Zarathustra, RBA, Barcelona, 2002, p.19.] El niño es la simple afirmación de la vida ya no atado ni sujeto a nada. Es pura libertad.

Ahora bien, decimos que el superhombre es la superación del hombre que todavía no ha aceptado la muerte de Dios y el advenimiento del nihilismo. Pero no debemos entender esta superación a la manera de la lógica dialéctica. Según Vattimo, Nietzsche no ha pensado en el superhombre como la manifestación de la vida en la lucha por la existencia, ni en la planificación científico-técnica del mundo, sino que lo ha pensado a partir de una experiencia hermenéutica. El superhombre sería de esta manera un verdadero acontecimiento del ser.
“…Dios ha muerto, ahora queremos que viva el uebermensch (sic). El cual vive, no obstante, solo como hombre del ueber (sic), o también, según la bella imagen de la gaya ciencia (sic), como el hombre que sabe seguir soñando sabiendo que sueña”. [VATTINO, G., Más allá del sujeto, Paidos, Barcelona, 1992.]

Luego de la muerte de Dios comienza el tiempo del superhombre, tiempo del hombre libre y creador que canta y ríe, juega y baila, que afirma la vida y cultiva los sentidos, que decide vivir eternamente con alegría en el circulo de la vida.

Comentarios

  1. Armando me gusto mucho este artículo, se me vino a la cabeza mientras leía el tema de Nietzsche como el anunciador de la muerte de dios y Foucault como el que anuncia la muerte del hombre. En realidad con el acontecer del superhombre me parece que ya está prefigurada la muerte del sujeto, como sujeto de conocimiento, pero es interesante ver como también Foucault da un paso más como anunciador.
    Me refiero al hecho histórico de que cada epoca enuncia una ruptura que hace tambalear toda la estructura filosófica anterior o pr lo menos gran parte de ella.
    Bueno es una idea a desarrollar .....saludos

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  2. Mabel, gracias por tu aporte. Acuerdo con vos. Nietzsche ya está hablando, anticipándose de alguna manera a los planteos posmodernos como el de Foucault, de la "destrucción-superación" del sujeto logocéntrico de la modernidad, expresada en la figura del Superhombre. Toda época histórica busca autoposicionarse desacreditando la época inmediatamente anterior, y la contemporaneidad no es la excepción. No hay que olvidad que Nietzsche reacciona contra la expresión más acabada de la racionalidad moderna, Hegel, anunciando la muerte o destrucción de un sujeto entendido como amo y señor de la realidad y la verdad. Saludos.

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  3. el ateismo es lo mas estupido pues los seres humanos estamos ligados a DIOS como SER SPREMO ..........

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  4. Bueno, esa es una posición. Ahora bien, Nietzsche hace referencia a la muerte de Dios en el sentido de la "idea" que tiene el hombre respecto de Dios. Es esta "idea" la que ya no está en la reflexión del hombre. En segundo lugar, es de alguna manera un diagnóstico de una época signada por la ilusión en el progreso de la ciencia y de la técnica y, en última instancia, del obrar humano más allá de cualquier absoluto o autoridad distinta a la propia razón humana.
    Gracias por comentar.

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  5. excelente artículo, más allá de la época signada creo que aun en la actualidad e encuentra viva la imágen del súper hombre, eso es evidenciable hasta en los gustos que se tienen en la literatura, los cómic, el anime y muchas otras artes. el hombre ha visto como posible explorar su propio poder infinito de creación y de destrucción aferrandose cada vez más al espejeo hombre/Dios. claro algunas personas no pueden ver más allá de lo que la sociedad le ha permitido ver, que tristeza.... te felicito por tu artículo nuevamente.

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  6. Carlos G. Estoy de acuerdo con vos, y agregaría que el espacio privilegiado de esto de ponerse en el lugar de Dios es la virtualidad en donde prácticamente no hay límites para la imaginación humana. La clave sigue estando en esa voluntad omnipotente que plantearía Nietzsche. Muchas gracias por tu comentario.

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  7. Veo a muchos caer cuando intentan convertirse de león a niño, siguiendo casi ciegamente los ideales de otros...

    Es por eso que hay gente que todavía sigue ideologías que no son suyas, en mi opinión...

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  8. Leon, gracias por tu comentario. Según Nietzsche, es en el estadio del Camello cuando el hombre sigue ciegamente los ideales de otros. Saludos.

    Armando

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  9. umm...¿así que sería una involución, uh? interesante...


    Por cierto, me encanta el blog, y si no te importa me apropio de la imagen del camello, el león y el niño que me gusta muchísimo.

    Un saludo.

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  10. Hola excelente artículo
    Una duda comprendo a la perfección las 2 primeras etapas pero la del niño no me queda muy clara. Se supone que será una etapa libre y pura donde la ley será la que nosotros mismos nos impongamos ahora el ve la moral como el veneno que mató al hombre antiguo pero no se usted que opine yo pienso que el respeto es primordial en todo sociedad es una idea moralista pero que ha dado resultados positivos amo la prosa lírica de Nietzsche pero entonces en la etapa del niño que es aquello que nos mantendrá seguros de los demás

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  11. Laura, antes que nada gracias por tu lectura y comentarios. Lo que propone Nietzsche para la tercera etapa, la del niño, es justamente la superación de todo lo que ha existido hasta el momento incluida la moral misma. Es la afirmación de la vida en sí y por sí misma sin ningún límite. Las etapas las podemos comprender como momentos personales e individuales o como estadios de la humanidad toda. De todas formas, ¿Esta concepción tiene dificultades? Creo que sí. La cosa se complica cuando las pensamos como individuos y no como humanidad. Si cada uno se afirma absolutamente a sí mismo, ¿qué sucede con los otros?
    Gracias nuevamente. Saludos.

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