Christian Freiherr von Wolff (1679-1754)

Filósofo alemán de corte racionalista, nacido en Breslau el 24 de enero de 1679 y fallecido en Halle el 9 de abril de 1754. Tuvo una importante influencia en el pensamiento de Immanuel Kant. Entre sus obras podemos nombrar Philosophia practica universalis mathematica methodo conscripta, con la que obtuvo su doctorado, y Pensamientos racionales acerca de Dios, el mundo y el alma del hombre, así como sobre todas las cosas en general, entre otras tantas.

Para Wolff todo conocimiento, y en especial la filosofía, debe ser un todo ordenado racionalmente por medio del método científico.  De allí que la lógica sea como la espina dorsal de la filosofía, teniendo esta última como partes constitutivas una dimensión especulativa correspondiente al intelecto, y una dimensión práctica correspondiente a la voluntad. Lógica y ontología se vuelven una y la filosofía se fundamenta en dos principios lógicos, el de no contradicción y el de razón suficiente

Según este autor, la filosofía especulativa estará conformada por la ontología, cuyo objeto será el ser; la psicología racional, cuyo objeto será el alma; la cosmología, cuyo objeto será el mundo; y finalmente, la teología racional, cuyo objeto será Dios. El ser es igual a la esencia, el ser pensable es idéntico al ser posible. En otras palabras, lo lógico es idéntico a lo ontológico, y adelantándose a Hegel, todo lo racional es real. Por otra parte, la filosofía práctica estará constituida por la política y la economía. 

La existencia no es ni un esencial ni un atributo sino un modo de ser. La causa de la existencia se halla fuera del ser posible. ¿Qué es un esencial para Wolff? Es un conjunto de elementos no contradictorios entre sí que forman la esencia de la cosa, es decir, aquello que hace que eso sea eso y no otra cosa. 

El mundo material consta de cosas compuestas y modificables constituidas por sustancias simples. El alma, para Wolff, es una sustancia simple con poder de representarse a sí misma y al mundo a través del conocimiento. Para este pensador es posible asociar el conocimiento al deseo, de allí que el acto de conocer se rija por dos criterios, a saber, el de placer o conocimiento de una perfección; y el de dolor o conocimiento de una imperfección. 

Al igual que a los demás filósofos posteriores a Descartes a Wolff se le planteó el problema de la incomunicabilidad de las sustancias, la res extensa y la res pensante. En otras palabras, el problema de la unión y relación del cuerpo y del alma. Para resolver esta cuestión simplemente adhirió a la respuesta que había dado Leibniz sobre la armonía preestablecida. 

A pesar de haber sido acusado de ateo e impío, Wolff afirma la existencia de Dios. Por un lado existe el mundo contingente que no posee una razón suficiente, y por otro lado existe un Dios necesario en cuya esencia se encuentra la razón de su existencia. 

Comentarios

Entradas populares de este blog

Jean-Paul Sartre, ser-en-sí y ser-para-sí

Agora (2009). Filosofía, religión y género.

El "ser para la muerte" en la filosofía de Martín Heidegger