Thomas Hobbes (1588-1679) Padre de la filosofía política moderna


 Filósofo inglés nacido el 5 de abril de 1588 en la ciudad de Malmesbury y fallecido el 4 de diciembre de 1679 en Hardwick Hall, Inglaterra. Se lo ha rotulado a Hobbes dentro de las corrientes del empirismo, el mecanicismo y el materialismo. Entre sus obras podemos nombrar: Tratado sobre el ciudadano; Tratado sobre el hombre; Tratado sobre los cuerpos; Elementos de derecho natural y político; Libertad y necesidad; Behemoth. Pero su obra más importante, que marcaría el inicio de la filosofía política moderna, fue Leviatán o la materia, forma y poder de una república eclesiástica y civil.

A Hobbes le tocó vivir una época bastante particular de la historia europea y más precisamente de la historia inglesa. Entre los años 1640 y 1660 se produjo la denominada revolución inglesa, un importante antecedente histórico para la revolución francesa, en la que se enjuició, destituyó y ejecutó al jefe de la monarquía inglesa, el rey Carlos I, constituyéndose la primera república moderna o Commonwealth.  

En el continente se estaban produciendo muchos cambios, sobre todo en lo referente a la ciencia. El pensamiento de Hobbes se fue nutriendo de las personalidades de la época, algunas de las cuales llegó a conocer. Pensemos, por ejemplo, en Descartes, Bacon, Kepler, Grocio, Locke, Boyle y Huygens, por solo nombrar algunos.

La filosofía para este pensador será la doctrina de los cuerpos y sus movimientos, y se dividirá de la siguiente manera: La doctrina de los cuerpos naturales, que el autor trató particularmente en su obra Tratado sobre los cuerpos; la doctrina de los cuerpos humanos, tratada en la obra Tratado sobre el hombre; y la doctrina de los cuerpos sociales, expuesta en la obra Tratado sobre el ciudadano.

El problema capital de la filosofía será entonces para este pensador la política. Dicho de otra manera, constituir de una sociedad operante, y evitar la guerra de todos contra todos. Para esto va a formular una teoría de los cuerpos entre los cuales encontramos, en primer lugar, los cuerpos naturales, objeto de la filosofía natural; y en segundo lugar, los cuerpos sociales, objeto de la filosofía civil o política. La filosofía civil deberá dar respuesta a dos cuestiones fundamentales de la filosofía, a saber, la cuestión ética, es decir, lo referente a los hombres en sus disposiciones y afecciones; y la cuestión política, en otras palabras, los elementos constituyentes de los cuerpos sociales.

Los elementos constituyentes de los cuerpos sociales no son otros que los hombres. El hombre, o más precisamente la doctrina de los cuerpos humanos será el fundamento de la doctrina de los cuerpos sociales y de todo posterior análisis del Estado. Es por esto que Hobbes se verá en la tarea de reflexionar sobre el hombre, materia constitutiva del Leviatán.

Los hombres, por el simple hecho de ser tales, según este autor, tienen todos las mismas capacidades, las mismas esperanzas y desean conseguir los fines que desean. Ahora bien, el hombre es un ser naturalmente anti-social. Los otros son un obstáculo para la concreción de los deseos propios, por dos razones: porque los bienes naturales son escasos, y porque , al ser el hombre un ser deseante, sus deseos no tiene culminación. Por lo tanto...
...los otros se convierten en enemigos naturales con los cuales competir. De esta competencia o lucha entre todos, graficado por la frase de este autor: Homo homini lupus (el hombre lobo para el hombre), surge la Guerra de todos contra todos que Hobbes denominó, Estado de naturaleza. Noción tomada y reformulada de Grocio

Portada del Leviatán
Las principales causas de conflicto son: la competencia en el deseo de ganancias; la desconfianza y el deseo de seguridad; y la fama o deseo de reputación. Las únicas salidas que ve Hobbes a este estado de naturaleza consisten en la lucha hasta la muerte de todos o, la que va a proponer él, que cada hombre ceda una parte de lo que desea para poder constituir una sociedad y lograr la paz.

Para alcanzar la paz el hombre deberá renunciar a su derecho de gobernarse a sí mismo y transferir este derecho, por medio de un contrato, fundamento de la sociedad civil, a una persona, representante, soberano. Este contrato es el Contrato social, noción que retomará y retocará Rousseau. Según Hobbes el Contrato social consiste en un común acuerdo entre los hombres de no aniquilarse mutuamente. Este acuerdo deberá estar asegurado y garantizado por un soberano y no por una asamblea ya que, en una asamblea se mantienen los múltiples intereses particulares de sus miembros perturbando la paz en lugar de asegurarla. El poder no puede estar dividido, ni el temporal ni el espiritual. Todo deberá estar concentrado en una sola persona. Por eso la cita de Job con la que comienza su obra Leviatán: "Non est potestas super terram quae comparetur ei" (No hay poder sobre la tierra que se compare al suyo). Así la sociedad quedaría unida en la persona a la cual fueron transferidos los derechos cedidos.

En Hobbes podemos encontrar un antecedente importante del absolutismo y de los totalitarismos. No olvidemos además que fue el fundamento de los Estados modernos y el padre de la filosofía política moderna.

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