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La filosofía, cátedra y/o plaza

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¿Cuál es el lugar natural de la filosofía? Es decir, ¿dónde vive verdaderamente eso que llamamos filosofía? Si consideramos a la filosofía como algo vivo, dinámico, en otras palabras, como un filosofar constante sobre nosotros mismos y nuestro mundo, ¿A dónde deberíamos ir para encontrarnos con ese movimiento? ¿La cátedra o la plaza? ¿El libro especializado, la fuente original del gran pensador o el manual escolar y el comentario a las pasadas de la gente común? Aclaremos que queremos decir con gente común, en este contexto, a aquellos que no se dedican profesionalmente al estudio de la filosofía.  Si nos remontamos a los orígenes del filosofar encontramos las dos cosas, a saber, academias y plazas. Los primeros filósofos realizaban y compartían sus reflexiones en la plaza o mercado de la ciudad, en el ágora de la polis. Pensemos también, por ejemplo, en Aristóteles y los peripatéticos que pensaban y discutían mientras paseaban y, de esta manera, la filosofía iba surgiendo lent