La demonización de la tecnología

Parece una constante muy humana el delimitar bandos. Los buenos y los malos, los lindos y los feos, los amigos y los enemigos, los cultos y los ignorantes, los pobres y los ricos, etc. “santificando” a unos, los del propio bando obviamente, y “demonizando” a los otros, a aquellos diferentes o que son simplemente incomprensibles para ellos. Tal fue el caso de la persecución de las brujas en el siglo XVII y tal es la incomprensión de los medios tecnológicos en nuestro tiempo por parte de algunos.

La tecnología en nuestros días y su desarrollo, aunque esto no es algo nuevo, encuentra personas a favor y en contra. A aquellos para los que la tecnología es un medio para facilitar la vida del hombre y aquellos para los que la tecnología no solo no favorece nada sino que, al contrario, entorpece la vida del hombre esclavizándolo y aislándolo de los demás y del mundo, siendo esto la causa de muchos de los problemas actuales.

Antes que nada debemos distinguir algunas cuestiones para mejor comprender el asunto. La tecnología no tiene entidad propia, no es un ser, una persona que puede ser buena o mala. Por lo tanto decir que la tecnología es “mala” per se sería completamente incorrecto. La tecnología como tal es simplemente un medio y nada más. Como medio o instrumento es creado por el hombre en vistas a un fin. El fin de la tecnología no es otro que el bienestar y el progreso de la humanidad.

El problema surge cuando el medio se convierte en fin. La tecnología, al igual que el conocimiento y la ciencia son neutros. Pueden hacer tanto bien como mal, dependiendo del fin al que se apunte con dichos medios. Ahora, ¿existe tecnología, conocimiento y ciencia neutra? La respuesta es no. Pero esto no hace que la tecnología sea intrínsecamente “mala” sino que deberíamos hablar de un “mal” uso de la tecnología, del conocimiento y de la ciencia. Un ejemplo clásico de esto puede ser el tema de la física nuclear. El conocimiento y la tecnología generada en torno a esta teoría atómica puede ser “utilizada” tanto para la producción de energía “limpia” que beneficie al hombre y al medioambiente, como para la construcción de una bomba atómica que destruya ciudades y bosques, aniquilando personas y animales y contaminado el lugar por cientos de años.

También es cierto que como seres humanos tenemos cierta predisposición a los excesos. Y es aquí cuando surgen los problemas. La tecnología bien utilizada puede ser muy beneficiosa para la humanidad. Nos puede ayudar a comunicarnos más rápidamente y a interactuar con otros, a cultivar mejores cosechas, más resistentes, que puedan alimentar a un gran número de personas, a curar enfermedades que hasta hace un tiempo eran mortales, a acortar distancias, a cuidar nuestro ecosistema, etc. Pero también la tecnología puede, bajo el estandarte de...
...la comunicación, incomunicar a los sujetos, quitando realidad a las relaciones humanas, relegando lo social al ámbito de lo meramente virtual. Puede agotar la tierra y desertizar vastas extensiones de territorio realizando cultivos intensivos con el solo interés de lucrar lo más que se pueda. Puede a su vez “curar enfermedades” que no son reales por el simple gusto de algunos de verse más jóvenes o más deseables según criterios creados arbitrariamente por una cultura determinada.

En fin, la tecnología puede ser “buena”, o mejor dicho, provechosa, en su justa medida y teniendo siempre en claro que es un medio para alcanzar algo y no un fin en sí misma. En el momento en el que la tecnología se convierte en fin, el hombre se vuelve esclavo de ella y ella pierde su propósito primordial que es, justamente, servir y beneficiar al hombre. La tecnología como medio no implica la limitación y exclusión del hombre al ámbito de lo virtual. Por el contrario, facilita la reunión y el encuentro real entre las personas. 

Recapitulando, la tecnología en sí misma no es “mala” sino que pueden llegar a ser malas las consecuencias del mal uso de la tecnología. En segundo lugar, la tecnología bien entendida como medio y no como fin, no esclaviza al hombre sino que, al contrario, ayuda a este a vivir mejor, siempre y cuando haga un uso racional y moderado de la misma.

Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo, el ser humano delega su responsabilidad , culpando a la Tecnologia, que es solo un medio, de lo malo o bueno que nos pase a travez de esta. depende de nosotros saber utilizar los utencillos con correcto protocolo para que todo salga prolijo y bien, con organizacion.

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  2. Gracias por tu lectura y comentario.

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  3. De acuerdo, aunque el artículo es bastante simplón. Sería preciso jugar a enriquecer este debate, no forzosamente desde posiciones heideggerianas. Sigamos jugando, que no es "seguir el juego" a lo tecnológico, sin más, pues la tecnología encubre una ideología de "progreso" y dinero. Hay mucho que hablar... Gracias.

    Eugenio Silverio

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  4. Eugenio, gracias por tu lectura. La idea es que a partir del post los lectores se sientan motivamos a participar y aportar lo que quieran desde sus reflexiones y experiencias. Acuerdo totalmente con que no hay que "seguir el juego" simplemente por inercia sino pensarlo, criticarlo, transformarlo o, sencillamente, jugar un nuevo juego. Saludos.

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