David Hume, el escéptico (1711-1776)

Filósofo escocés, nacido en Edimburgo en 1711 y fallecido en el mismo lugar en 1776. Entre sus obras más importantes podemos nombrar: Tratado de la naturaleza humana; Ensayos morales, políticos y literarios; y De la superstición y la religión.

En Hume existía una profunda desconfianza hacia lo religioso considerándolo como algo sin fundamento, supersticioso. Según él la religión era la raíz de gran parte de los males que aquejan al género humano.

En cuanto al conocimiento, lo encontraremos dentro de la línea empirista, es decir que, para él el conocimiento encuentra su fundamento y fuente en la experiencia. Fruto de la experiencia el hombre obtiene impresiones, es decir, sensaciones o sentimientos (impresiones externas e internas); y a partir de estas, ideas o copias de las impresiones en la imaginación. Todas las ideas, dirá este filósofo, pueden ser rastreadas hasta su fuente primera, las impresiones sensibles simples. De esta manera niega categóricamente la posibilidad de ideas innatas e ideas abstractas, en otras palabras, aquellas ideas que no tienen como fuente la experiencia sensible.

Continuando con el problema de la incomunicabilidad de las sustancias planteada por Descartes, Hume dirá que la idea de sustancia no se justifica ya que no existe ninguna impresión sensible que la fundamente. Por lo tanto tira por la borda las ideas de sustancia pensante y la de sustancia corporal que había planteado el filósofo francés.

Otra cuestión clave para el problema del conocimiento serán las conexiones que se puedan establecer entre las ideas. Será justamente la validez de estas conexiones lo que Hume pondrá en tela de juicio. Las impresiones son como compartimentos independientes unos de otros, dando por supuestas las relaciones entre dichos compartimentos para alcanzar algunas certezas. Estas relaciones estarán o deberían estar determinadas por la matemática y la aritmética.

Al cuestionar las relaciones o conexiones entre las distintas impresiones e ideas, Hume cuestionará también la relación causa-efecto y, como consecuencia de esto, las generalizaciones empíricas. La cuestión fundamental en la relación de causa-efecto es la conexión necesaria entre una y otra. Dado un efecto determinado debe existir necesariamente...
...una causa que lo produzca, y a la inversa, dada una causa determinada necesariamente se producirá un efecto específico. Ahora bien, al no encontrar en la experiencia ninguna impresión que fundamente la idea de causalidad deberá relegarla.

De esta forma Hume dirá que no es posible justificar las generalizaciones causales. El conocimiento del hombre, y más específicamente la ciencia, encontrarán su fundamento en el hábito o costumbre y en la imaginación más que en los fundamentos racionales. El hombre está acostumbrado a relacionar una causa determinada con un efecto preciso, pero esto no es necesariamente así según este pensador. Por medio de la costumbre el hombre asocia ideas a partir de criterios, a saber, semejanza y contigüidad espacio-temporal.

La experiencia será entonces asociación de ideas en base a la costumbre, la ciencia será un conocimiento probable, una creencia, y la religión quedará devastada. Esto último como consecuencia de la eliminación de un principio fundamental, el de creación. Al quedar destruida irreconciliablemente la relación de causa-efecto, la relación creador-creatura queda inexorablemente obsoleta.

Comentarios

  1. no entiendo aun porque destruye la nocion de creacion judeo-cristiana, el conocimiento de la ciencia se basa realmente en la costumbre segun tu criterio?

    ResponderEliminar
  2. La noción de creación queda afectada, según el autor en cuestión, desde el momento en que se ve comprometida la relación causa-efecto. Para esto es necesario comprender al creador como causa de todas las cosas y a las creaturas creadas por este como efectos de esa causa creadora. Con respecto al conocimiento Hume considera que se fundamenta en el hábito y la costumbre. Esto es así porque es imposible fundamentar cualquier tipo de conocimiento al prescindir de la noción de causalidad. La consecuencia irremediable de este planteo es el escepticismo.
    A mi entender en el conocimiento científico hay algo de racionalidad a la vez que imaginación como plantea Hume. Sin la imaginación sería imposible formular una hipótesis, por ejemplo.
    Espero haberle respondido. Gracias por su lectura y comentario. Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Jean-Paul Sartre, ser-en-sí y ser-para-sí

El "ser para la muerte" en la filosofía de Martín Heidegger

Agora (2009). Filosofía, religión y género.