Redes sociales y poder - Un conflicto en ciernes

Como era de esperar los gobiernos y los centros de poder finalmente cayeron en la cuenta de que las redes sociales, como así también internet, pueden ser un instrumento de poder muy importante. Quizás ya lo sabían y solo ha tomado estado público luego de las diversas manifestaciones de poder que se han producido a lo largo y a lo ancho del mundo gracias a las convocatorias posibilitadas por las redes sociales como Facebook y Twitter entre las más importantes. Podemos encontrar como ejemplo la utilización de las redes sociales en la revuelta de Egipto a comienzo de año, la reunión de los indignados en la Puerta del Sol en Madrid y en muchos otros lugares de España, o más próximo en el tiempo, las protestas en Londres y las marchas de los estudiantes en Chile.

Las redes sociales lejos de ser solo lugares de reunión entre amigos para compartir fotos o acordar salidas y lugares de encuentro, espacios para compartir estados de ánimo, para desahogar penas o compartir alegrías, para pasar información y datos interesantes de la red, se han convertido en una herramienta política y los gobiernos se han percatado de ello.

Internet en general y las redes sociales en particular nos permiten compartir información en tiempo real y comunicarnos libremente tanto desde un punto del globo al otro como con el vecino que tenemos al lado. Son un medio de comunicación privilegiado en el cual las personas podemos expresar libremente nuestra opinión sobre algo con la posibilidad de que ese algo llegue a algún lugar en el que tenga alguna repercusión real. Podríamos decir que el eco que producen nuestras palabras en internet tiene un comienzo pero no sabemos ni donde ni cuando termina.  Y hay palabras que muchas veces molestan, sobre todo cuando socaban el poder de alguien.

Si pensadores como Voltaire, Diderot, Rousseau, Montesquieu, o cualquier otro ilustrado o simplemente moderno, estuvieran vivos sentirían seguramente una doble sensación. Por un lado, una satisfacción al ver concretado su deseo más profundo, a saber, la libertad y el acceso a la información y al conocimiento que permite la internet y las redes sociales, aunque faltara extender este derecho...
...a todos los seres humanos. Como lo expresó Bacon, el saber es poder. Por otro lado, experimentarían probablemente un temor, ya que el límite del poder de uno es el poder del otro y al estar tan repartido el poder, su concentración y su acrecentamiento se verían afectados por esta atomización del poder.  Y esto es lo que está sucediendo.

Supuestamente, el poder en nuestros sistemas de gobierno, en mayor o menor medida, se encuentra teóricamente en el pueblo que delega sus responsabilidades en un gobernante, llámese Presidente, Primer Ministro, etc. y en una asamblea, llámese Congreso, Parlamento, etc. Ahora bien, el poder real recae verdaderamente en algunos pocos y los demás tienen voz y “voto” solo en las elecciones de sus gobernantes una vez cada tanto. El desafío que propone esta nueva época es la de conciliar este sistema, todavía vigente, con la hipercomunicación en la que los sujetos tienen voz y voto en todo momento. En cualquier instante puede aparecer en internet algo que delate y ponga en evidencia una injusticia, un maltrato, etc. Todo puede hacerse público en cualquier momento con un clic de por medio. Frente a una injusticia, por ejemplo, los ciudadanos se pueden citar en un lugar y una hora determinada para protestar por dicha injusticia. Algo que en otros tiempos hubiera sido casi imposible de lograr, ahora se alcanza con un tweet o un post casi de manera instantánea.

Marcha estudiantil Chile 2011
Esto preocupa a los centros de poder. Pareciera ser que es demasiada libertad para el pueblo ya que pone en riesgo la supervivencia de dichos poderes. Egipto en su momento censuró el uso de las redes sociales. Inglaterra está viendo la forma de monitorearlas y restringir su uso. En Chile ya se están vigilando “para escuchar lo que sucede” y tal vez prohibirlas. En Estados Unidos, más precisamente en New York ya se ha creado una división especial para el monitoreo de las redes sociales. Pareciera ser que creen que no está bueno que las ideas contrarias a sus gobiernos se propaguen tan libremente por el espacio virtual ya que ha quedado comprobado que tienen sus repercusiones en el espacio real.

Quien sabe, todavía no hay mucha reflexión sería en torno a esto, o al menos no he tenido acceso a ella. Lo que sí es seguro es el derecho a ser libres y a poder expresar lo que uno crea que es verdadero y bueno. No quiero defender con esto el "vale todo" ni el mal uso de la red sino el correcto uso de la libertad con responsabilidad, esperando que los poderes centrales respeten esta libertad.  Tal vez el "Gran Hermano" se haga presente, si es que no lo está ya, en las redes sociales. No lo sé, solo sé que la libertad es un principio innegociable, y muchas de estas medidas que están tomando y planean tomar los gobiernos, atentarían contra la libertad.



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