Algunas ideas sobre la cuestión del género

El debate sobre la cuestión del género tendría su punto de partida en el presupuesto de que la identidad individual no está exclusivamente determinada por el aspecto biológico sino, sobre todo, por otros factores como el psicológico, el sociológico, el histórico y, por qué no, la elección personal, voluntaria, del individuo. De esta manera, el ser “hombre” o “mujer” no está ligado a lo fisiológico o corporal, abriéndose un abanico de posibilidades en cuando a la elección del género y el ejercicio de la propia identidad. Es por esto que ya no se habla de sexos, masculino o femenino, sino de géneros.

Para poder mantener este planteo la filosofía de género, como filosofía posmoderna, buscará hacer sitio, es decir, demoler las “antiguas” concepciones de ser humano, persona, identidad, familia, igualdad, libertad, etc. para dar lugar a nuevas formas más respetuosas de la diversidad. Según esta postura, ha sido la sociedad la que ha construido los roles “hombre” y “mujer”, delimitando y determinando las distintas identidades. Podemos observar como antecedentes teóricos, filosóficos, de este planteo el pensamiento de Nietzsche para quien la moral no es más que una mera construcción, un producto histórico resultante del ejercicio del poder por parte de los más poderosos. También podemos encontrar a los existencialistas para quienes la constitución del propio ser y la identidad personal depende exclusivamente del individuo. Heidegger algo dice también del hombre como proyecto. En fin, hay varios antecedentes a revisar.

Siguiendo la línea posmoderna tampoco sería apropiado desde la filosofía del género etiquetar o dar nombres a las distintas opciones en cuanto a la identidad de género. Esto por qué en el preciso momento en que se fija un concepto, se absolutiza, y las nociones universales, los imperativos, los mandatos, son la herencia que se debe destruir para dar lugar a la fluidez, a la libertad, a la indeterminación. De allí que sea muy difícil hablar sobre el tema, volviéndose casi en una tarea imposible de decir lo indecible, categorizando lo incategorizable.

Si el género, independientemente de lo biológico, es una construcción cultural, necesariamente se encuentra separado de lo natural. Naturaleza y cultura se oponen necesariamente ya que, la naturaleza se encuentra signada por la necesidad, mientras que la cultura aspirará a la libertad, a la creatividad, a la creación. Si el sexo está determinado por lo físico, el género será constituido...
...o creado por el hombre en sociedad. Como va quedando patente, el planteo no es más que un resultado lógico de los ideales modernos de libertad y autonomía.

A partir de estas ideas se buscará la transformación del orden social establecido proponiendo la reforma del ámbito jurídico, por ejemplo, adecuando las leyes pensadas para dos sexos a una pluralidad de géneros, la transmutación o cambio de valores, la aceptación y el respeto por las diferencias. También se aspirará a la reforma del lenguaje incluyendo nuevos términos y aclarando siempre que se habla de todos los géneros y no de alguno en particular. Es llamativo, por ejemplo, el uso de la @ en internet para hablar de ell@s, tanto de hombres como de mujeres. Pero lo que estaría realmente en crisis es la identidad personal, social y cultural. Todo lo demás es consecuencia de eso. No se entienda crisis como algo exclusivamente negativo sino también como posibilidad de cambio. El principal reclamo de la filosofía del género es la igualdad de derechos para todos los ciudadanos de un Estado, independientemente de su elección personal en cuanto al género. De allí el surgimiento, en las últimas décadas, de diferentes organizaciones activistas para alcanzar estos objetivos.

La cuestión de género es praxis por sobre la teoría a la vez que construcción de teoría para la explicación de la praxis. Es construcción, creación y luego explicación, justificación. Más allá de todo es una posibilidad de reflexión que abre el panorama a temas tales como la violencia de género, la discriminación y la intolerancia. Es una posibilidad de reflexión sobre lo que somos y lo que queremos ser, reflexión tan antigua como el hombre mismo.

Comentarios

  1. para mi quien construyó los roles hombre y mujer fue Dios, el la Biblia asegura:varon y hembra los creo pero entiendo que desde este punto de vista no se reflexiona y que por un lado el hombre fue forjando esta idea hasta el punto de que algunos luchen por ella.

    ResponderEliminar
  2. Creo que a la hora de decir "soy hombre" o "soy mujer" también influye lo que a sociedad espera de ti, no?
    Es decir, naciste hombre, te criaste como hombre, la sociedad espera que como tal tengas una familia a la cual mantener y que te destaques en tu profesión; en cambio, sos mujer y te criaste como tal, en un futuro serás madre y esposa, tendrás descendencia.
    Y si, lo mas probable es que se piense, pero si en la sociedad actual esos prototipos ya han cambiado: pregunto ¿en serio ya han cambiado? acaso las publicidades muestran a hombres manejando el hogar mientras la mujer sale a trabajar? muestran hombres que no deseen tener muchas mujeres a su alrededor alabándolos? muestran a mujeres deseando ser bellas por propia motivación, sin necesidad de gustarle al género opuesto?

    ResponderEliminar
  3. Aquello que se espera de uno es el elemento cultural del que se habla en el post. Ya hay espectativas en el rol que se ha asignado a cada uno. El tema es que la cuestión del género se ha vuelto problemática cuando se la comenzó a comprender no ya desde lo biológico sino desde el constructo social, es decir, de aquello que depende casi exclusivamente del sujeto.
    Más allá del cambio de roles o prototipos, lo que está en juego es la identidad de los sujetos. Desde la reflexión sobre el género no interesa tanto que entiende la sociedad por modelo masculino o modelo femenino sino que quiere ser cada uno independientemente de esos modelos. El modelo sería precisamente que no hay modelos.
    Gracias por su aporte. Saludos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Jean-Paul Sartre, ser-en-sí y ser-para-sí

Agora (2009). Filosofía, religión y género.

El "ser para la muerte" en la filosofía de Martín Heidegger