En Unión y Libertad. Bicentenario de la Revolución de Mayo 1810-2010.



Surge casi naturalmente en fechas como estas el hacer una especie de revisión del camino realizado y una evaluación de la situación actual. ¿Cuál era la situación de aquel joven pueblo que aspiraba a romper las cadenas del imperialismo colonialista para constituir una nación próspera? ¿Cómo era la situación de la joven república en sus primeros 100 años? Y ahora, ¿Qué tal?

Necio sería decir que seguimos igual que hace cien o doscientos años. Necio sería también decir que estamos mejor o peor que antes. La valoración final dependerá de aquellos factores que tomemos como referencia para medir el progreso o no de este joven país. El hecho fundamental es que hubo cambios, algunos para mejor, otros para peor, pero al menos, como pueblo, no nos hemos quedado de brazos cruzados a que la historia nos pase por encima. En estos doscientos años hemos hecho historia, no solamente nuestra historia, que ya de por sí es importante, sino también en el mundo como parte de la historia de la humanidad.

Como país hemos atravesado momentos de profunda alegría y a la vez momentos de profundo dolor. Hemos avanzado y retrocedido. Hemos aprendido algunas cosas y hemos olvidado otras que deberíamos recordar. En definitiva hemos recorrido la historia dejando nuestra impronta argentina.

Muchas cosas han ocurrido en doscientos años de historia y aun así somos una nación que está en pañales, aprendiendo continuamente, tratando de perseverar y crecer. Nuestros próceres fundadores pensaron en una gran nación fundamentada en ideales tales como los de Bien Común, Libertad e Igualdad, tomados de las, por aquel entonces, jóvenes naciones europeas. Las vueltas de la historia quisieron que en algún momento de nuestra historia fuéramos nosotros ejemplo para las naciones del norte. Hoy en día, 2010, la historia nos encuentra como nos encuentra, golpeados y fortalecidos en algunos puntos, a la vez que inmaduros y débiles en otros.

Elegí como título de este post el lema argentino, Unión y Libertad, establecido por la Asamblea General Constituyente de 1813, y expresado en el escudo de la República, como los principios a partir de los cuales deberíamos evaluar estos doscientos años de historia. Solo puedo preguntar: ¿Estamos unidos como nación, como pueblo que tiene como meta el bienestar general? Hoy, después de doscientos años de aquel 25 de mayo que buscaba la independencia de la corona española, que buscaba la libertad y la autonomía, ¿Somos verdaderamente libres y autónomos?

Las respuestas a estas preguntas pueden ser variadas y complejas. Digamos solamente que aun estamos en camino, aun nos falta mucho por crecer. Pero no olvidemos todo lo que hemos recorrido porque eso nos hace ser quienes somos hoy en día. No olvidemos las palabras del Himno: "Coronados de gloria vivamos...".

¡¡¡Sigamos entre todos construyendo una gran nación!!!



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