Georg Friedrich Wilhelm Hegel (1770-1831) El Espíritu Absoluto

Filósofo alemán, nacido en la ciudad de Stuttgart el 27 de agosto de 1770 y fallecido en Berlín en 1831. Con él la filosofía alcanza la cumbre del idealismo. A partir de su filosofía comienza una nueva era en el pensamiento, a saber, aquellos que están a favor y aquellos que están en contra de esta manera de entender la realidad. De allí surge la denominada derecha e izquierda hegeliana. En respuesta a la filosofía hegeliana aparecerán también gran número de las filosofías posteriores como el materialismo dialectico de Marx, el existencialismo de Kierkegaard y luego de Sartre, el pensamiento antimetafísico de Nietzsche, y la crítica a la ontología de Heidegger entre otros. 

El propósito de Hegel será, a grandes rasgos, el de superar la separación entre finito e infinito, entre lo divino y lo humano. Una superación que no anule a ninguno de sus elementos por medio de la racionalización de la verdad revelada. Entenderá que el Absoluto no puede ser un infinito separado de lo finito ya que uno no es sin el otro. En Fichte el Absoluto era lo subjetivo producto de la identidad del “yo” consigo mismo. En Schelling el Absoluto era la identidad entre naturaleza y espíritu, fondo sin fondo vacío de contenido. En Hegel el Absoluto será la totalidad, en otras palabras, el infinito por y en lo finito, autoconciencia y autorreflexión, proceso e identidad que asume y conserva las diferencias. 

De esta forma lo finito no es otra cosa que un momento de lo infinito ya que el Absoluto, por ser proceso no es estático sino dinámico, no está dado sino que se va dando, brotando de sí, desplegándose y volviendo a sí. Así entendido lo Absoluto, la naturaleza y el espíritu humano son solo momentos del despliegue del Espíritu Absoluto, son solo instantes constitutivos del proceso de autoconocimiento del Espíritu Absoluto. El Absoluto es la totalidad, la única verdad y, por lo tanto, la única realidad. Su conocimiento consistirá en el reconocimiento de sus distintos momentos y en la conciliación de los contrarios. 

Hegel dirá que “Todo lo real es racional y todo lo racional es real”. Con esto marcará una identidad entre realidad y racionalidad identificando el despliegue lógico y necesario del Espíritu Absoluto con el despliegue de la realidad. La razón será el instrumento de autoconocimiento del Espíritu Absoluto y la filosofía será la ciencia por excelencia. Los principios fundamentales de la filosofía hegeliana podrían expresarse en: inmanencia del absoluto ya que es entendido como proceso; identidad de lo real y lo racional; y comprensión de la filosofía como sistema integral y totalizante. 
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La historia será historia del Absoluto, es decir de la totalidad. Historia de la naturaleza e historia del espíritu humano. Se desarrollará según la dialéctica como la comprendía Hegel. Como devenir fundamentado en el principio de contradicción sin negar ni dejar nada en el proceso. Para este filósofo el método filosófico por excelencia será la dialéctica, tomando como punto de partida el infinito abstracto vacío de contenido, y como fin el infinito concreto o Espíritu Absoluto. 

La dialéctica es el desarrollo o progreso del Espíritu Absoluto porque la mismísima realidad es dialéctica. Hegel hablará de tres momentos para explicar la dialéctica, a saber, un primer momento denominado tesis, o afirmación (ser en sí; objeto; conciencia inmediata); un segundo momento llamado antítesis o negación de la afirmación (ser para sí; sujeto; conciencia refleja); y un tercer momento denominado síntesis o negación de la negación de la afirmación (ser en sí y para sí; Espíritu; conciencia mediata). Este último momento conservará ambos momentos anteriores superándolos para lograr algo nuevo. En la síntesis se dará la verdad de los opuestos y la articulación con el todo. 

A diferencia del entendimiento que mira al universo en su particularidad enfocándose en las diferencias y en la contradicción, la razón mira la realidad como totalidad, entendiéndola dialécticamente, es decir, como un proceso de conflictos y de superaciones. 

La filosofía será entonces la ciencia del desarrollo del saber del Absoluto. Hegel la dividirá en lógica o ciencia del ser en sí; filosofía de la naturaleza o ciencia del espíritu alienado; y filosofía del espíritu o ciencia del espíritu sobre sí mismo. Todo esto comprendido desde la filosofía de la historia como historia del progreso o autoconocimiento del Espíritu. Y la fenomenología será el estudio del proceso de autoconciencia del espíritu. 

Hegel entenderá es Estado como la marcha del espíritu por el mundo, la realización de la razón en lo práctico, y de esta concepción surgirán más tarde muchas críticas profundas al hegelianismo, ya que su filosofía conduce casi inexorablemente, por no decir inevitablemente, al totalitarismo. 

Más información sobre Hegel en los siguientes post: 



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